JUECES 2:1-4 EL ANGEL DEL SEÑOR EN BOQUIM - VICTORIA Y EXITO - EXTRAVIADO -


Jueces 2:1-4  La Biblia de las Américas (LBLA)

El ángel del Señor en Boquim

Y el ángel del Señor subió de Gilgal a Boquim y dijo: Yo os saqué de Egipto y os conduje a la tierra que había prometido a vuestros padres y dije: «Jamás quebrantaré mi pacto con vosotros, y en cuanto a vosotros, no haréis pacto con los habitantes de esta tierra; sus altares derribaréis». Pero vosotros no me habéis obedecido[a]; ¿qué es esto que habéis hecho? Por lo cual también dije: «No los echaré de delante de vosotros, sino que serán como espinas en vuestro costado[b], y sus dioses serán lazo para vosotros». Y sucedió que cuando el ángel del Señor habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró. Y llamaron a aquel lugar Boquim[c]; y allí ofrecieron sacrificio al Señor.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
 
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

Victoria y éxito.
Hay historias que nunca dejarán de recordarse. Cómo la historia del rey David cuando mató a Goliat. Algunas versiones de la Biblia titulan a esta historia como: “David, héroe nacional”, “David acepta el desafío”, “David derrota a Goliat” o “Victoria de David y del pueblo”.
Probablemente no estaríamos recordando esta historia si este joven no hubiese tenido la valentía y la fe que lo llevaron a ser un gran rey, y quien, con el paso del tiempo, se fue convirtiendo en un personaje recordado de generación en generación.
Es importante hablar del valor y la confianza que tuvo David para esa victoria. Él no fue un soldado preparado para pelear con espada o estar en grandes batallas, ni siquiera tenía la fuerza suficiente como para soportar la armadura que usaban los soldados de aquel tiempo, es más, nadie creía que podía derrotar al gigante Goliat.
Sin embargo, nunca tuvo miedo ni dejó que la amenaza del enemigo lo paralizara como a los demás. Desde que llegó al lugar de batalla, fue a preguntar sobre la persona que intimidaba constantemente e insistió en ir a enfrentarlo. Cuando lo hizo, no fue con espada o la preparación de un guerrero, simplemente fue confiando en Dios y la habilidad que tenía.
“Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.” 1 Samuel 17:45-47 (RVR1960).
Esta hermosa historia no estaría escrita en la Biblia si David no habría confiado en Dios y hubiera dejado que el problema y el miedo lo dominen.
Así como David, tú también puedes escribir historias impresionantes y ser recordado por tu valentía, porque igualmente eres hijo de Dios. Sólo debes confiar en Él y tener fe de que vencerás todos los gigantes que se levanten contra ti. Asimismo, puedes llegar a ser un personaje importante en tu país si sabes aprovechar las oportunidades y no te dejas vencer por el temor.
Si bien estás enfrentado un problema, recuerda que eres hijo del Dios viviente. Hoy conquistarás ese problema y sabrás que el Señor rescata a sus hijos. Esa batalla es del Señor y te entregará la victoria en tus manos.
“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.” Jeremías 17:7 (RVR1960)
Diego Jora
CVCLAVOZ
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Extraviado.
Junto a mi esposo encontramos un niño que estaba perdido, tenía aproximadamente cuatro años y se encontraba al cuidado de otros niños, quienes no sabían qué medidas tomar. Ese momento llamamos a la policía donde confirmaron el extravío del pequeño y nos pidieron que lo cuidemos hasta que llegara su madre, a quién desde lejos la vimos correr, con angustia y lágrimas hacia nosotros, por lo que no pude imaginar la gran desesperación que sintió al perder a su hijo.
Esta anécdota me recuerda que en diferentes partes de la Biblia el Señor se muestra como el padre que busca a su hijo perdido. Pero, al contemplar esta escena, puedo decir que no se trata de cualquier búsqueda, sino de una desesperada y de mucho dolor; posiblemente sea difícil de comprender pero Dios mismo nos busca de la misma forma. Me gustaría compartir una de las historias escritas en la Biblia:
“…Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro, y lo recibió con abrazos y besos. El hijo le dijo: “Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo.” Pero el padre ordenó a sus criados: “Saquen pronto la mejor ropa y vístanlo; pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el becerro más gordo y mátenlo. ¡Vamos a celebrar esto con un banquete! Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado…” Lucas 15:20-24 (DHH)
Si bien esta historia no se trata de un niño, es el relato de un hijo que se aleja de su progenitor por desobediencia y decide vivir perdidamente, hasta que las consecuencias lo alcanzan. Por supuesto que este joven en lugar de un abrazo tal vez merecía un castigo, pero su padre no le dio mucha importancia a sus malas decisiones, sino que tuvo compasión de él y se alegró de que volviera a casa.
Este mismo amor presenta el Señor por ti, quien te ama y espera encontrarte; no importa si te has distanciado demasiado, porque aunque parezca que estás muerto, aún puedes regresar a la vida cuando decides retornar a los brazos de tu Padre. No continúes endureciendo tu corazón y escapando de su presencia, no esperes que te alcancen las consecuencias de tus malas decisiones, ¿Estás dispuesto a volver?
Shirley Chambi
CVCLAVOZ