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Amós 1:9 La Biblia de las Américas (LBLA)

Juicio contra las naciones vecinas

Palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, de lo que vio en visión acerca de Israel en días de Uzías, rey de Judá, y en días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.

Y dijo:
El Señor ruge desde Sion,
y desde Jerusalén da su voz;
los pastizales de los pastores están de duelo,
y se seca la cumbre[a] del Carmelo.

Así dice el Señor:
Por tres transgresiones de Damasco, y por cuatro,
no revocaré[b] su castigo,
porque trillaron a Galaad con trillos de hierro.
Por eso enviaré fuego sobre la casa de Hazael,
y consumirá los palacios[c] de Ben-adad.
También romperé el cerrojo de Damasco,
extirparé al morador del valle de Avén[d]
y al que empuña el cetro de Bet-edén,
y el pueblo de Aram será desterrado a Kir
—dice el Señor.

Así dice el Señor:
Por tres transgresiones de Gaza, y por cuatro,
no revocaré su castigo,
por haber deportado a todo un pueblo
para entregarlo a Edom.
Enviaré, pues, fuego sobre la muralla de Gaza,
y consumirá sus palacios.
También extirparé al morador de Asdod,
y al que empuña el cetro de Ascalón;
desataré mi poder[e] sobre Ecrón,
y el remanente de los filisteos perecerá
—dice el Señor Dios[f].

Así dice el Señor:
por tres transgresiones de Tiro, y por cuatro,
no revocaré su castigo,
por haber entregado todo un pueblo cautivo a Edom
sin acordarse del pacto de hermanos.
10 Enviaré, pues, fuego sobre la muralla de Tiro,
y consumirá sus palacios.

11 Así dice el Señor:
Por tres transgresiones de Edom, y por cuatro,
no revocaré su castigo,
porque con espada persiguió a su hermano,
y suprimió[g] su compasión;
su ira continuó despedazando
y mantuvo su furor para siempre.
12 Enviaré, pues, fuego sobre Temán,
y consumirá los palacios de Bosra.

13 Así dice el Señor:
Por tres transgresiones de los hijos de Amón, y por cuatro,
no revocaré su castigo,
porque abrieron los vientres de las mujeres encinta de Galaad
para ensanchar sus fronteras.
14 Encenderé, pues, fuego en la muralla de Rabá,
y consumirá sus palacios
en medio de gritos de guerra en el día de la batalla,
en medio de una tempestad en el día de la tormenta;
15 y su rey irá al destierro,
él y sus príncipes con él —dice el Señor.

 

 

 

 

UNENCUENTRO CON LA PALABRA

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REFLEXION

Tened Cuidado Cómo Andáis; No Como Insensatos, sino como Sabios, Efesios 5:15
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Diario 0

¿Te dejas llevar fácilmente por lo que dicen o hacen los demás, o te trazas un plan y lo sigues?
¿Estás haciendo lo que te gusta o simplemente siguiendo una rutina sin propósito?

En palabras de Mark Twain:
El secreto del éxito es hacer de tu vocación tu vacación. En otras palabras, ¡haz lo que amas y ama lo que haces!
Muchos nunca llegan a cumplir el propósito de Dios para sus vidas porque están demasiado ocupados intentando complacer a todo el mundo.

Estás rodeado de personas que creen saber lo que deberías hacer con tu vida. Pero no es así; es tu vida, y cuando te presentes delante de Dios, a nadie, sino a ti, le preguntará qué hiciste con ella.

¿Eres lo bastante valiente como para seguir a tu corazón en lugar de a la gente? ¿Estás centrado en lo que quieres, en medio de muchas voces que te quieren distraer de tu meta?
Cuando no tienes convicciones fuertes ni un propósito firme, se produce un fenómeno interesante: te suelen irritar los que lo tienen.

La expresión Me da igual parece especialmente popular en nuestros días.

Aunque es cierto que debemos esforzarnos por vivir en armonía con los demás y considerar sus opiniones y puntos de vista, la Palabra de Dios condena la autocomplacencia, la indiferencia y la falta de disposición a defender lo que sabes es correcto.
Tenemos que ser resueltos; no podemos quedarnos quietos esperando a que otros tomen la iniciativa y luego ir “adonde va Vicente”.

En general encontramos dos tipos de personas: los que esperan a que sucedan las cosas y los que hacen que sucedan.
No digas: ¡Ojalá que alguien hiciera algo para resolver este problema! Tú eres ese alguien, entonces ¡haz algo!

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

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REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


Pedro y Judas
Durante el ministerio de Jesús hubo varios milagros y prodigios que se hicieron a la vista de muchos. En esa época era normal que cuando se levantaba algún hombre con este tipo de manifestaciones divinas también se juntara mucha gente para seguirle. Algunos creían que era un profeta, otros que era un maestro, pero muy poco sabían que era el Mesías prometido de Dios.

Aparte de la muchedumbre había un grupo específico de seguidores que lo acompañaban a todas partes, pero de entre todos ellos Jesús eligió a 12 para ser llamados sus discípulos. Con ellos convivió alrededor de 3 años enseñándoles muchas cosas.

De entre todas estas personas la Biblia destaca a dos de sus discípulos cuando llegó el día que Jesús debía ser entregado y crucificado: Por un lado está Judas de quien Juan 13:26-27 dice: “A quien yo (Jesús hablando) diere el pan mojado, aquél es (el que lo entregaría). Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él.

Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.”
Posteriormente Judas se fue a terminar el negocio con los principales de la sinagoga y a confabular para aprehender a Jesús, pero no sólo eso sino que también los guió al lugar donde Él estaba para entregarlo.

Al día siguiente, mientras Jesús era llevado ante Pilato, Judas veía que era condenado injustamente y se arrepintió, entonces quiso regresar las monedas de plata porque se dio cuenta de la gravedad de su pecado, pero no se las recibieron de vuelta y se fue, y se ahorcó, Mateo 27:3-10.

Por otro lado, la noche que Jesús fue entregado Pedro intentó defenderlo pero no puedo hacer mucho, Mateo 26:52. Aun así él siguió a su maestro viendo de lejos los maltratos que recibía y cómo era acusado sin pruebas. En un momento de la noche lo reconocieron y tres veces fue acusado de ser uno de sus discípulos, pero él lo negó las tres veces y entonces cantó el callo.

En ese momento vino a su mente las palabras que había recibido: “De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.” Mateo 26:34. Inmediatamente se fue del lugar y lloró amargamente.

Ambos discípulos cayeron en pecados terribles: Según la ley de Moisés entregar a un inocente y blasfemar eran crímenes castigados severamente, a eso hay que añadir que ellos sabían que no se trataba de un hombre común, era el Hijo de Dios lo cual les puso un peso de culpa extra.

El arrepentimiento de Judas lo llevó a cometer una locura, pero Pedro se fue a llorar por haberle fallado a su Señor. Las acciones que se realizan después de un pecado dicen mucho de cuánto uno conoce realmente a Jesús.

Muchos cometen errores como alejarse de la iglesia, volver a una mala conducta que habían dejado en el pasado, se apartan poco a poco de algunos amigos, se encierran en sí mismos, dejan algunas responsabilidades ministeriales de golpe, etc.

Pero el peor error es dejar la relación con Dios.

La mayor parte de las veces los pretextos van desde “sentirse tan culpables que creen que no hay perdón para ellos” hasta “pensar que Jesús ya no los va a perdonar esta vez.” Este tipo de pensamientos están muy equivocados, no sólo porque perdonar a una persona arrepentida es parte de la naturaleza de Dios, sino porque la Biblia tiene muchas promesas de restauración.

Isaías 43:25 dice: “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.” Versión Reina-Valera 1960

Juan 21, relata la manera en la que Jesús volvió a poner a Pedro en el ministerio al que había sido llamado. Fue restaurado completamente. Algo similar puede pasar contigo, pero considera: el verso 2 de ese capítulo dice que Pedro estaba con otros discípulos cuando Jesús lo volvió a llamar, esa es la diferencia con Judas quien se alejó de todos.

De nada sirve alejarte, quedarte en solitario y hacer locuras por los errores cometidos, es mejor confesar ante Dios los pecados cometidos, creer en su misericordia para el perdón de toda culpa y conocer su verdadero amor.

“Porque el Señor es bueno; su amor es eterno y su fidelidad no tiene fin.” Salmos 100:5 Versión Dios Habla Hoy


Héctor Colque
CVCLAVOZ