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1 Samuel 17:20-54 La Biblia de las Américas

Desafío de Goliat

 

20 Y se levantó David muy de mañana, dejó el rebaño con un guarda, y tomando las provisiones, se fue como Isaí le había mandado. Llegó al perímetro del campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, lanzando el grito de guerra. 21 E Israel y los filisteos se pusieron en orden de batalla, ejército contra ejército. 22 Entonces David dejó su carga[o] al cuidado[p] del que guardaba el bagaje y corrió a la línea de combate y entró a saludar a[q] sus hermanos. 23 Mientras hablaba con ellos, he aquí, el campeón, el filisteo de Gat llamado Goliat, subió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y David las oyó. 24 Cuando todos los hombres de Israel vieron al hombre, huyeron de él, y tenían gran temor. 25 Y los hombres de Israel decían: ¿Habéis visto a ese hombre que sube? Ciertamente sube para desafiar a Israel. El[r] rey colmará[s] con grandes riquezas al que lo mate[t], le dará su hija y hará libre[u] en Israel a la casa de su padre.

26 Entonces David habló a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán por el hombre que mate a este filisteo y quite el oprobio de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso para desafiar a los escuadrones del Dios viviente? 27 Y el pueblo le respondió según aquella palabra, diciendo: Así se hará al hombre que lo mate.

28 Y Eliab, su hermano mayor, oyó cuando él hablaba con los hombres; y se encendió la ira de Eliab contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la maldad de tu corazón, que has descendido para ver la batalla. 29 Pero David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No fue solo una pregunta[v]? 30 Entonces se apartó de su lado hacia otro y preguntó lo mismo[w]; y el pueblo respondió lo mismo que antes[x].

David acepta el reto

31 Cuando se supieron las palabras que David había hablado, se lo dijeron a[y] Saúl, y él lo hizo venir. 32 Y dijo David a Saúl: No se desaliente el corazón de nadie a causa de él; tu siervo irá y peleará con este filisteo. 33 Entonces Saúl dijo a David: Tú no puedes ir contra este filisteo a pelear con él, porque tú eres un muchacho y él ha sido un guerrero desde su juventud. 34 Pero David respondió a Saúl: Tu siervo apacentaba las ovejas de su padre, y cuando un león o un oso venía y se llevaba un cordero del rebaño, 35 yo salía tras él, lo atacaba[z], y lo rescataba de su boca; y cuando se levantaba contra mí, lo tomaba por la quijada, lo hería y lo mataba. 36 Tu siervo ha matado[aa] tanto al león como al oso; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente. 37 Y David añadió: El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de la mano de este filisteo. Y Saúl dijo a David: Ve, y que el Señor sea contigo. 38 Saúl vistió a David con sus ropas militares, le puso un yelmo de bronce en la cabeza y lo cubrió con una armadura. 39 David se ciñó la espada sobre sus ropas militares y trató de caminar, pues no se las había probado antes. Entonces David dijo a Saúl: No puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con[ab] ellas. David se las quitó, 40 y tomando su cayado en la mano, escogió[ac] del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traía, en el zurrón, y con la honda en la mano se acercó al filisteo.

Victoria de David y del pueblo

41 El filisteo vino, y se fue acercando a David, con su escudero delante de él. 42 Cuando el filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco porque era un muchacho, rubio[ad] y bien parecido. 43 Y el filisteo dijo a David: ¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos? Y el filisteo maldijo a David por sus dioses. 44 También dijo el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo. 45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado. 46 El Señor te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel, 47 y para que sepa toda esta asamblea que el Señor no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del Señor y Él os entregará en nuestras manos. 48 Sucedió que cuando el filisteo se levantó y se fue acercando para enfrentarse a David, este[ae] corrió rápidamente hacia el frente de batalla para enfrentarse al filisteo. 49 David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro.

50 Así venció David al filisteo con una honda y una piedra, e hirió al filisteo y lo mató; mas no había espada en la mano de David. 51 Entonces David corrió y se puso sobre el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina y lo mató, cortándole la cabeza con ella. Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, huyeron. 52 Y levantándose los hombres de Israel y de Judá, gritaron y persiguieron a los filisteos hasta el[af] valle y hasta las puertas de Ecrón. Los filisteos muertos yacían[ag] a lo largo del camino a Saaraim, aun hasta Gat y Ecrón. 53 Regresaron los hijos de Israel de perseguir a los filisteos y saquearon sus campamentos. 54 Entonces David tomó la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén, pero puso sus armas en su tienda.

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

El dinero puede comprar un reloj, pero no el tiempo

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

Muchas personas se afanan y sacrifican por comprar casas, terrenos, autos, en obtener títulos de honor, poder e influencia; pero es bueno recordar que el dinero no puede adquirir lo fundamental como la familia, el tiempo y la salud. Por esta razón, el Señor nos enseña a poner prioridades.

El dinero puede comprar una casa, pero no una familia

No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón.

Mateo 6:19-21 (DHH)

En necesario mencionar que ser rico y tener muchas posesiones no es malo, el problema está en poner nuestro corazón en ello. Jesús nos enseña que los verdaderos tesoros son los espirituales, los cuales no pueden ser corrompidos por la polilla y el orín, y tampoco los ladrones los pueden robar.

Lo que conseguimos en este mundo es transitorio, no llevaremos nada cuando muramos; tal vez por el momento podemos disfrutar de nuestras posesiones en la tierra, pero sólo será por un tiempo. En cambio, los tesoros espirituales son eternos, jamás los perderemos si perseveramos hasta el fin.

El dinero puede comprar una Biblia, pero no salvar tu alma

Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Mateo 16:26 (RVR 160)

Como hijos de Dios debemos reconocer el gran valor de las cosas espirituales, como los dones y frutos del Espíritu Santo, el servicio en la obra del Señor y el deber de salvar almas, que constituyen un valioso tesoro para nuestras vidas.

De nada sirve que llegues a ser millonario y consigas todos los bienes que deseas en este mundo si pierdes tu alma. Recuerda que la vida aquí es corta, pero tendrás una eternidad con Dios para disfrutar tus tesoros espirituales. Te animo a poner tu corazón en el Señor y su voluntad como prioridad.

Shirley Chambi

CVCLAVOZ

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

Nunca estarás demasiado lejos

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

Puedes estar seguro de que nunca estarás demasiado lejos de Dios como para que no te pueda alcanzar.

Muchas veces sentimos que estamos perdidos, que hemos tocado fondo. Pensamos que nuestro comportamiento ha sido tan terrible, que no tenemos perdón y comenzamos a alejarnos de Dios. Pero ten presente que nada ni nadie podrá separarnos de Dios.

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Romanos 8:38-39 (RVR 1960)

El amor de Dios no cambia, no importa cuán lejos

Nunca estaremos tan perdidos que Dios no nos pueda encontrar. Jamás haremos algo que cambie el amor que siente por nosotros. No lo podemos entender porque no sabemos amar como Dios, pero bien seguro es que nunca estaremos demasiado lejos para que Dios no nos pueda tocar, dar un mensaje o perdonar. Nos amó aún antes de nosotros conocerlo y cuando aún éramos pecadores.

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

1 Pedro 2:9 (RVR 1960)

Eres muy importante

Porque somos preciados para Dios, te insistimos en que nunca estarás demasiado lejos, como para que Dios no te pudiera alcanzar.

Nuestro Padre Amado está pendiente de nosotros. Conoce nuestras debilidades, pero quiere que nos esforcemos en vencer el mal. No importa aquello tan fuerte por lo que estás pasando, te acompaña y te conforta si lo buscas. Clama a Dios y te responderá.

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

Josué 1:9 (RVR 1960)

Nunca estarás demasiado lejos de Dios.

Elluz Peraza

CVCLAVOZ