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Jeremías 5:31  La Biblia de las Américas (LBLA)

Corrupción de Jerusalén y Judá

Recorred las calles de Jerusalén,
y mirad ahora, e informaos;
buscad en sus plazas,
a ver si halláis algún hombre,
si hay quien haga justicia, que busque la verdad[a],
y yo la perdonaré.
Pues aunque digan: «Vive el Señor»,
de cierto juran falsamente.
Oh, Señor, ¿no buscan tus ojos la verdad[b]?
Tú los heriste,
mas no les dolió;
tú los consumiste,
mas ellos rehusaron recibir corrección.
Endurecieron sus rostros más que la roca[c],
rehusaron arrepentirse.

Entonces yo dije: Ciertamente estos solo son gente ignorante,
son necios,
porque no conocen el camino del Señor
ni las ordenanzas de su Dios.
Me dirigiré a los grandes
y les hablaré,
porque ellos sí conocen el camino del Señor
y las ordenanzas de su Dios.
Pero también todos ellos a una habían quebrado el yugo
y roto las coyundas.
Por tanto los herirá el león de la selva,
el lobo de los desiertos los destruirá;
un leopardo acecha sus ciudades,
y todo el que salga de ellas será despedazado,
porque son muchas sus transgresiones,
y numerosas sus apostasías.

¿Por qué he de perdonarte por esto?
Tus hijos me han abandonado
y han jurado por lo que no es Dios.
Cuando los sacié, cometieron adulterio
y fueron en tropel a casa de las rameras.
Eran caballos cebados y fogosos,
cada cual relinchando tras la mujer de su prójimo.
¿No he de castigar a este pueblo[d]? —declara el Señor.
De una nación como esta,
¿no he de vengarme?

10 Subid por entre sus hileras de vides y destruid,
mas no hagáis destrucción total;
arrancad sus sarmientos,
pues no son del Señor;
11 porque la casa de Israel y la casa de Judá
han obrado pérfidamente conmigo —declara el Señor.
12 Han mentido acerca del Señor;
dijeron: Él no existe;
ninguna calamidad vendrá sobre nosotros,
y no veremos ni espada ni hambre.
13 Los profetas son como el viento,
y la palabra no está en ellos.
Que así se les haga a ellos.

14 Por tanto, así dice el Señor, Dios de los ejércitos:

Por cuanto han[e] hablado esta palabra,
he aquí, pongo mis palabras en tu boca por fuego
y a este pueblo por leña, y los consumirá.
15 He aquí, voy a traer de lejos una nación contra vosotros, oh casa de Israel —declara el Señor.
Es una nación fuerte,
es una nación antigua,
una nación cuya lengua no conoces,
y no podrás entender lo que hable.
16 Su aljaba es como sepulcro abierto,
todos ellos son valientes.
17 Devorará tu mies y tu pan,
devorará a tus hijos y a tus hijas,
devorará tus ovejas y tus vacas,
devorará tus viñas y tus higueras;
a espada destruirá tus ciudades fortificadas en que confías.

18 Sin embargo, aun en aquellos días —declara el Señor— no llevaré a cabo una destrucción total de vosotros. 19 Y[f] cuando te pregunten[g]: «¿Por qué el Señor nuestro Dios nos ha hecho todo esto?». Les dirás: «Así como me dejasteis y servisteis a dioses extraños en vuestra tierra, así serviréis a extranjeros en una tierra que no es vuestra».

20 Anunciad esto en la casa de Jacob
y proclamadlo en Judá, diciendo:
21 «Oíd ahora esto, pueblo necio e insensible[h],
que tienen ojos y no ven,
tienen oídos y no oyen.
22 ¿No me teméis?» —declara el Señor.
«¿No tembláis delante de mí,
que puse la arena como frontera del mar,
límite perpetuo que no traspasará?
Aunque se agiten las olas, no prevalecerán;
aunque rujan, no pasarán sobre ella.
23 Pero este pueblo tiene un corazón terco y rebelde;
se han desviado y se han ido.
24 Y no dicen en su corazón:
“Temamos ahora al Señor nuestro Dios,
que da la lluvia a su tiempo,
tanto la lluvia de otoño como la de primavera,
y que reserva para nosotros
las semanas establecidas de la cosecha”.
25 Vuestras iniquidades han alejado estas cosas,
y vuestros pecados os han privado del bien.
26 Porque en mi pueblo se encuentran impíos
que vigilan como cazadores al acecho[i];
ponen trampa,
atrapan hombres.
27 Como una jaula llena de pájaros,
así están sus casas llenas de engaño;
por eso se engrandecieron y se enriquecieron.
28 Han engordado y se han puesto lustrosos.
También sobrepasan en[j] obras de maldad;
no defienden la causa,
la causa del huérfano, para que prospere,
ni defienden[k] los derechos del pobre.
29 ¿No he de castigar por esto?» —declara el Señor.
«De una nación como esta
¿no he de vengarme?».

30 Algo espantoso y terrible
ha sucedido en la tierra:
31 los profetas profetizan falsamente,
los sacerdotes gobiernan por su cuenta[l],
y a mi pueblo así le gusta.
Pero ¿qué haréis al final de esto?

 

 

 UN ENCUENTRO CON LA PALABRA 
 

 

 · 

REFLEXION

BENDICIÓN POR OBEDIENCIA

“Entonces el Señor tu Dios te prosperará en todo lo que hagas. Te dará muchos hijos, una gran cantidad de animales y hará que tus campos produzcan cosechas abundantes, porque el Señor volverá a deleitarse en ser bondadoso contigo como lo fue con tus antepasados.” Deuteronomio 30: 9 (NTV)

¿Quieres ser bendecido por Dios? La respuesta es simple, obedece a Dios y Él te permitirá ver tus generaciones, prosperar tu negocio, bendecir tu ministerio y donde vayas dejarás la huella de la abundancia. ¿Cómo está tu relación con Él? Sin importar los altibajos que hayas tenido y aún si te has apartado de sus caminos, hoy te invito a volver a Cristo y seguir sus pasos, porque entonces verás sus bendiciones sobre tu vida.


Ruth Mamani
CVCLAVOZ

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA 

 

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


¿Callejón sin salida?

 

 

“Me ha estrellado contra el suelo; me ha hecho morder el polvo. Me ha quitado la paz; ya no recuerdo lo que es la dicha. Y digo: «La vida se me acaba, junto con mi esperanza en el Señor». Recuerda que ando errante y afligido, que estoy saturado de hiel y amargura. Siempre tengo esto presente, y por eso me deprimo” Lamentaciones 3:16-20 (NVI)

¿Has tenido este tipo de pensamientos? ¿Te has sentido sin esperanza por las dificultades que te ha tocado atravesar? O quizá lo estás viviendo en estos momentos y te frustras al ver que todo te sale mal y hasta llegaste a pensar que Dios se ha olvidado de ti. Tal vez no sepa lo que te angustia, pero lo que sí sé es que no eres el único, Jeremías (el autor del libro de lamentaciones) se encontraba en una situación deprimente, posiblemente se sentía encerrado en un hoyo, sin saber qué hacer o a hacia dónde ir.

Puede que hoy te encuentres en ese llamado “callejón sin salida”, sin la mínima idea de cómo salir de ahí. Sé que no es fácil, ni siquiera es posible conciliar el sueño porque la mente se concentra en cómo resolver tal situación e intentar que todo vuelva a la calma. Pero si continuamos la lectura y nos vamos al versículo 21 del mismo capítulo de Lamentaciones, encontramos lo siguiente:

“Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de esperanza:…”

¿Qué fue aquello que el autor recordó y que le dio la esperanza de volver a ponerse en pie? Quizás después de haber lamentado su situación, se detuvo por un momento para recordar algo tan importante que no debió olvidar jamás, ¿Sabes de qué se trata? ¡Del amor de Dios!

“El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: «El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!»” Lamentaciones 3:22-24 (NVI)

Y justo en ese momento algo cambió dentro de él, ya no más depresión, no más abatimiento, porque el remedio a todos sus males llegó. De igual forma sucede con nosotros, si nos enfocamos sólo en nuestros problemas, olvidaremos de todas las cosas buenas que también nos han sucedido a lo largo de nuestra vida.

Jesús vino a sacarte del hoyo en el que te encuentras hoy, ya no lamentes lo sucedido, no vale la pena. Y si hay algo que deseas recordar que sea el amor de Dios sobre tu vida, la oportunidad de vivir que Él te dio, la familia de la que eres parte. Hay tanto que agradecer, así que, no te enfoques en el problema, mira a Jesús y el alivió llegará a tu corazón aún en medio de toda dificultad.

“Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias;” Salmos 103:3-4 (RVR1960)

Ruth Mamani
CVCLAVOZ