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Isaías 1:12 La Biblia de las Américas

Rebelión del pueblo de Dios

 

10 Oíd la palabra del Señor,
gobernantes de Sodoma;
escuchad la instrucción de nuestro Dios,
pueblo de Gomorra:
11 ¿Qué es para mí la abundancia de vuestros sacrificios?

—dice el Señor.
Harto estoy de holocaustos de carneros,
y de sebo de ganado cebado;
y la sangre de novillos, corderos y machos cabríos no me complace.
12 Cuando venís a presentaros delante de mí,
¿quién demanda esto de vosotros[e], de que pisoteéis[f] mis atrios?
13 No traigáis más vuestras vanas ofrendas,
el incienso me es abominación.
Luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas:
¡no tolero iniquidad y asamblea solemne!
14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas señaladas las aborrece mi alma;
se han vuelto una carga para mí,
estoy cansado de soportarlas.
15 Y cuando extendáis vuestras manos[g],
esconderé mis ojos de vosotros;
sí, aunque multipliquéis las oraciones,
no escucharé.
Vuestras manos[h] están llenas de sangre.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

 

REFLEXION

El que al viento observa, no sembrará

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará.

Eclesiastés 11:4 (RVR 1960)

Concentrarnos solo en las circunstancias exteriores muchas veces nos desenfocan de lo que debemos hacer. Necesitamos enfocarnos en lo que podemos realizar, pese a los riesgos, para así alcanzar lo que anhelamos.

¿Estás postergando aquello que tienes que realizar?

La labor de un agricultor no es sencilla de realizar y muchas veces es compleja, porque su cosecha depende de muchos factores externos a su trabajo; sin embargo, este rubro continúa brindando su producción para alimentar a la población.

Así el agricultor corre riesgos cada vez que decide sembrar, porque una inundación, sequía o plaga, puede echar a perder todo el esfuerzo de su trabajo. Es así que ante el riesgo, toma la valiente decisión de continuar, sin ponerse a pensar tanto en lo que pudiera salir mal.

Aquella semilla que está en ti, como un sueño de parte de Dios, una meta, un trabajo o algo que quieras conseguir, debe ser sembrada y labrada para que pueda ser realidad, pese a lo impredecible de los riesgos y circunstancias no favorables.

Siembra tu semilla por la mañana, y por la tarde no dejes de trabajar porque no sabes si la ganancia vendrá de una actividad o de la otra, o quizás de ambas.

Eclesiastés 11:6 (NVT)

No te detengas, recuerda: El que al viento observa, no sembrará

Deja de esperar que todo esté todo a tu favor, encomienda aquello que quieres realizar a Dios, para que te impulse a lograrlo. El trabajo que realices no será en vano, pues recibirás el fruto de tu inversión.

Continúa con el sueño que Dios te dio y que quedó paralizado. Asegúrate que Dios es parte de lo que quieres alcanzar y si es así, entonces comienza a dar pasos de fe, sabiendo que Dios es quien te respalda y que bendice el esfuerzo de tu trabajo.

Encomienda a Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados.

Proverbios 16:3 (RVR 1960)

Soraida Fuentes

CVCLAVOZ

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

El aplauso divino puede ser tuyo

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

Desde pequeños nos encanta recibir aplausos por cosas que hemos hecho bien. Es una de las primeras acciones que aprenden los bebitos, el aplaudir, para celebrar algo bueno. Y el reconocimiento siempre es satisfactorio. Por ello, hoy te decimos que el aplauso divino puede ser tuyo.

¿Quieres recibir el aplauso divino?

Para lograrlo, se requiere como en todo, de esfuerzo. Necesitamos hacernos vencedores en la lucha del bien contra el mal dentro de nosotros mismos. Ganar la batalla diaria del mundo y la carne, con el espíritu y el conocimiento que tenemos de a dónde vamos. Lo celestial, para que el aplauso divino nos llegue.

Todos los que salgan vencedores serán vestidos de blanco. Nunca borraré sus nombres del libro de la vida, sino que anunciaré delante de mi Padre y de sus ángeles que ellos me pertenecen.

Apocalipsis 3:5 (NTV)

Las promesas de Dios siempre han sido cumplidas, por tanto, tenemos esta promesa de que estaremos en el libro de la vida y de que pertenecemos a Jesús. ¡Nada más ni nada menos que al Rey de reyes y Señor de Señores! Ese es nuestro Dios que nos ama, nos cuida y nos prometió recibirnos así.

El aplauso divino y el lugar especial

Tendremos Su aplauso divino, junto con el de los ángeles de Dios cuando Él anuncie que le pertenecemos. Es algo que debe regocijar nuestro corazón, que debe ponernos una sonrisa en el rostro, sin importar las circunstancias por las que estemos pasando. Todo en este mundo es pasajero, sabemos a dónde vamos.

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Juan 14:2 (RVR 1960)

Estamos de paso, como ensayando para el mundo maravilloso al que vamos, por eso nos esforzamos en vencer al mal. La razón por la que nadamos contra la corriente del mundo es porque tenemos la garantía de un lugar mejor. No te desanimes. Aférrate a las promesas de Dios y el aplauso divino será tuyo.

Elluz Peraza

CVCLAVOZ