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Isaías 14:12-14  La Biblia de las Américas (LBLA)

Canto triunfal

14 Cuando el Señor tenga compasión de Jacob, escoja de nuevo a Israel y los establezca en su propia tierra, entonces se les juntarán extranjeros[a] que se unirán a la casa de Jacob. Los tomarán los pueblos y los llevarán a su lugar, y la casa de Israel los poseerá como siervos y siervas en la tierra del Señor. Tomarán cautivos a los que los habían llevado cautivos, y dominarán sobre sus opresores.

Y[b] el día en que el Señor te dé descanso de tu dolor, de tu desesperación y de la dura servidumbre a la que fuiste sometido,pronunciarás[c] esta burla[d] contra el rey de Babilonia, y dirás:

¡Cómo se ha acabado el opresor,
y cómo ha cesado el furor[e]!
El Señor ha quebrado el báculo de los impíos,
el cetro de los gobernantes
que golpeaba con furia a los pueblos con golpes incesantes,
que sometía[f] con ira a las naciones en persecución incesante.
Toda la tierra está en reposo, está quieta;
prorrumpe en gritos de júbilo.
Aun los cipreses y los cedros del Líbano se alegran a causa de ti,diciendo:
“Desde que fuiste derribado, no ha subido talador contra nosotros.”
El Seol[g], desde abajo, se estremece por ti al recibirte en tu venida;
por ti despierta a los espíritus de los muertos[h], a todos los jefes[i]de la tierra;
levanta de sus tronos a todos los reyes de las naciones.
10 Todos ellos responderán y te dirán:
“También tú has sido debilitado como nosotros,
has venido a ser semejante a nosotros.
11 “Han sido derribadas al Seol
tu ostentación y la música de tus arpas;
debajo de ti las larvas se extienden como cama,
y los gusanos son tu cobertura.”
12 ¡Cómo has caído del cielo,
oh lucero de la mañana[j], hijo de la aurora!
Has sido derribado por tierra,
tú que debilitabas a las naciones.
13 Pero tú dijiste en tu corazón:
“Subiré al cielo,
por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono,
y me sentaré en el monte de la asamblea,
en el extremo norte.
14 “Subiré sobre las alturas de las nubes,
me haré semejante al Altísimo.”
15 Sin embargo, has sido derribado al Seol,
a lo más remoto del abismo.
16 Los que te ven te observan,
te contemplan, y dicen:
“¿Es éste aquel hombre que hacía temblar la tierra,
que sacudía los reinos,
17 que puso al mundo como un desierto,
que derribó sus ciudades,
que a sus prisioneros no abrió la cárcel[k]?”
18 Todos los reyes de las naciones,
todos ellos yacen con gloria,
cada uno en su sepulcro[l].
19 Pero tú has sido echado de tu sepulcro
como vástago desechado[m],
como ropa de muertos[n] traspasados a espada,
que descienden a las piedras de la fosa,
como cadáver pisoteado.
20 No estarás unido con ellos en el sepelio,
porque has destruido tu tierra,
has matado a tu pueblo.
Que no se nombre jamás la descendencia[o] de los malhechores.
21 Preparad para sus hijos el matadero
a causa de la iniquidad de sus padres;
que no se levanten y tomen posesión de la tierra,
y llenen de ciudades la faz del mundo.

22 Yo me levantaré contra ellos —declara el Señor de los ejércitos— y cortaré de Babilonia nombre y sobrevivientes, descendencia y posteridad—declara el Señor. 23 La convertiré en posesión de erizos y en aguas estancadas, y la barreré con la escoba de la destrucción —declara el Señor de los ejércitos.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales Cristianos – La fortaleza de la desobediencia.

 

Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales Biblicos, Devocionales para Mujeres, Ministerio Mujer, Mujer Cristiana 3 Comentarios


Devocionales Cristianos – La fortaleza de la desobediencia

El Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Hebreos 12:6

Armas para derribar fortalezas

Las armas del cristiano son la Palabra de Dios y la oración en el poder del Espíritu. La palabra poder en griego Dunamis significa “ser capaz”, dinamita también es un derivado de Dunamis.

Como la fortaleza se aferra a nosotros, no se pueden barrer con una escoba espiritual, no desaparecerá haciendo alboroto para hacerla huir, tampoco se pueden ignorar o negar que existen hasta que desaparezcan.

Las fortalezas sólo pueden quitarse de una sola forma, deben ser DESTRUÍDAS. No se puede echar abajo una fortaleza sólida con gritos y palos, necesitamos dinamita espiritual. La determinación, la buena intención, la psicología o la negación no ayudan casi nada, son alivios temporales.

Dios nos ha alcanzado dos cartuchos de dinamita con los cuales podemos derribar nuestras fortalezas: Su palabra y la oración. ¡Vamos a usarlos juntos! Vamos a encenderlos con fe.


La oración nos mantiene cerca a Dios, en comunión, una vida cristiana sin oración es una vida sin poder, pero ojo, la meta de Dios no es el poder personal, que te creas más especial o mejor que otros, la meta máxima de Dios es que tu alma esté sana, pero más que cualquier cosa, él quiere que conozcan al Sanador.

Cuando oremos con la palabra de Dios, la guerra espiritual no será nuestro enfoque, podemos caer en el error de pasarnos el tiempo reprendiendo al diablo más que relacionarnos, intimidar y tener comunión con Dios.

Necesitamos orar con la Palabra de Dios porque en el proceso de demoler fortalezas, nuestro objetivo es derribar toda cosa que se exalta a si misma en nuestra forma de pensar para así llevar nuestros pensamientos cautivos a Cristo. ¿Cómo se logra esto? Cuando oramos la palabra de Dios, ella se revela a nosotros y logra que nuestros pensamientos altivos y opresivos se inclinen en obediencia a Jesucristo.

La fortaleza de la desobediencia.-

El Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Hebreos 12:6

1. La desobediencia es una fortaleza que empieza desde muy temprano, porque la modernidad se ha encargado de defender tanto los supuestos derechos del ser humano que ha terminado hacerlo cada vez más liberal.

2. Cuando un hijo necesita castigo, ellos promueven distracción y más tiempo y más compañerismo. Pero Dios es el Creador y nos castiga en Su profundo amor.

3. La diversión no es nunca un sustituto de su justicia.


4. Cuando hablamos de disciplina y castigo, debemos regresar a Hebreos 12:5-11 “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota… para que participemos de su santidad (12:6, 10).

5. El principio es “te disciplinamos porque te amamos” y debemos recordar constantemente este principio a nuestros hijos, especialmente cuando tenemos que disciplinarles. Si no fuera por la disciplina del Señor, nunca caminaríamos en Su santidad. La disciplina tiene la función de motivar a una persona inmadura.

Orando con la Palabra de Dios para derribar la fortaleza de la desobediencia

Amado Padre

Reconozco que tu castigas por amor, si me disciplinas lo haces con misericordia, reconozco Padre que el mejor ejemplo de obediencia para mi vida es tu Hijo, Jesucristo, pero yo mi Señor, yo te he desobedecido, he faltado a tus mandamientos, he despreciado muchas veces tus mandamientos, perdóname por violar el pacto que te prometí no incumplir, por haberte desobedecido ahora me he llenado de temor, y he terminado huyendo sin que nadie me persiga. Pero tú Padre, con un solo acto de justicia has producido que yo pueda ser justificado, con tu obediencia me has dado otra vez vida, gracias Padre porque has abundado en gracia para conmigo. Padre tengo que recordar que antes yo viví según mis criterios, me dejaba guiar sólo por mis impulsos, según mis deseos y haciendo sólo mi propia voluntad, era por naturaleza objeto de la ira de Dios, pero tú me sacaste de raíz, tu palabra penetró en mi corazón y me hizo ver mi condición de hija de desobediencia, por esto Padre te ruego que yo no sea otra vez piedra de tropiezo a mis hijos y que por mi culpa ellos sean desobedientes a ti. Que mis hijos vivan en la luz de tu Palabra, que se sujeten a tu propósito, que sean sumisos y obedientes a tus mandamientos. Por mi parte Padre haré todo lo que tú me mandes, practicaré la verdad en amor y me sujetaré a tu voz, reafirma en mí tu llamado Señor, pruébame para demostrar que contigo puedo ser firme y obediente, permíteme estar unido a ti, obediente a tu palabra y así les enseñaré a los míos a ser sujetos y temerosos a tu Nombre Santo. Que tu vida se manifieste plenamente en mi amado Padre y en la familia que me has dado, te lo suplico, amén.

Pastora Martha Bardales

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


¡Detén el chisme!

En una tertulia, unos cuantos cristianos criticaban a otro ausente. Cada uno tenía algo que aportar, excepto uno que permanecía en silencio, con una enigmática sonrisa vagando por sus labios.

Uno de los más murmuradores, como sobreviniendo en su mente, le preguntó:

- ¿Tú no dices nada? ¿Qué te parece el caso?

- Nada, me parece nada- fue la respuesta.

- Sí que es extraño, pues tú conoces bien a esta persona. Dinos, ¿qué te parece? Habla hombre…

- Me parece que, siendo así que yo tengo defectos que me apenan y me afean, los que muchas veces no puedo evitar… él también tienen derecho a tenerlos. Acaso le hacen sufrir, al pobre, como me hacen sufrir los míos… Y yo me digo: ¿Qué derecho tengo yo en mirar sus defectos lejanos si tengo tan cerca de mis ojos los míos propios?

Todos tenemos defectos, de algunos somos más conscientes que de otros, pero no hay nadie que se salve.

Muchas veces, por la presión del grupo o por participar de una charla nos enganchamos con las críticas a la gente y olvidamos que nuestro rol no es juzgar ni hablar mal de los demás.

“Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. En cambio, les corresponde obedecer la ley, no hacer la función de jueces.12 Solo Dios, quien ha dado la ley, es el Juez. Solamente él tiene el poder para salvar o destruir. Entonces, ¿qué derecho tienes tú para juzgar a tu prójimo?“ Santiago 4:11, 12 (NTV)

Si tienes algo contra algo habla con esa persona y muéstrale su error, pero no lo denigres porque es necios hacer eso: “Es necio denigrar al vecino; una persona sensata guarda silencio. El chismoso anda contando secretos; pero los que son dignos de confianza saben guardar una confidencia” Proverbios 11:12, 13 (NTV)

No seas parte de charlas que pueden ser destructivas para los demás y si alguien te confió algo respétalo y honra la confianza que puso en ti.

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ