http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

http://unencuentroconlapalbra.blogspot.com.co/

https://www.facebook.com/unencuentroconlapalbra

http://www.amigosporisrael.org/

https://montesioncolombia.org/

 

Filipenses 2:2  La Biblia de las Américas (LBLA)

Humillación y exaltación de Cristo

 

 

Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto[a] y compasión, haced completo mi gozo, siendo[b] del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. Nada hagáis por egoísmo[c] o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. Haya, pues, en[d] vosotros esta actitud[e] que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo[f] tomando forma de siervo, haciéndose[g] semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al[h] nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

VUÉLVETE A DIOS

 

 

 

“Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz; porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.” Deuteronomio 4:29-31 (RVR1960).

Estos versículos nos muestran que una condición para alcanzar el perdón de Dios y ser partícipes de Su misericordia, es el arrepentimiento.

Sin embargo, este debe ser genuino, ello implica, volvernos a Dios, oír su voz y serle obedientes.

“Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.” Deuteronomio 4:29 (RVR1960).

Si has cometido un error o has caído en pecado, no creas que no tienes oportunidad ante el Señor, si te acercas a Él con un corazón arrepentido, ten la seguridad de que no te dejará ni destruirá porque grande es Su misericordia.

Cesia Serna
CVCLAVOZ

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


Alguien quiere hablar contigo, pero le da ocupado.

 

 

“Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir. Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa. Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena.” Lucas 14:16-24

Una primera lectura de esta conocida parábola nos lleva sin duda alguna a la interpretación de que esto se refiere al pueblo de Israel y a los gentiles. Los invitados que no aceptan la invitación simbolizan al pueblo judío rechazando a Jesús, por lo cual, la gran cena se abre también para los gentiles, es decir aquellos que no eran judíos.

Pero también podemos sacar otras conclusiones menos evidentes. Cuando el padre de familia invita a la gran cena, todos comienzan a excusarse y por lo menos a simple vista, parecieran ser razones válidas como para no asistir. Uno había comprado una hacienda y necesitaba verla, otro una yunta de bueyes y necesitaba probarla y el tercero era un recién casado que debía ocuparse de su flamante matrimonio. Me llama la atención que aún cuando las excusas parecen lógicas y comprensibles, esto provoca el enojo del padre de familia.

Me pregunto cuáles pudieran haber sido las causas de este enojo que a simple vista parece desproporcionado. Pudiera ser que se sintiera rechazado o despreciado ante las excusas de sus invitados o bien por no entender que las personas tienen también otros asuntos distintos a los suyos, los cuales necesitan atender. O quizás porque los invitados, con su negativa a asistir, no consideraron la cena como algo tan importante que justificara postergar sus propias actividades.

Si tenemos en cuenta que el señor de esta historia simboliza a Dios y trayendo este relato a nuestros días, me lleva a pensar cuantas veces Dios nos llama a pasar mas tiempo con El y nosotros estamos tan ocupados que terminamos dejando “plantado” al Señor de la cena.

Cuando afirmamos que Jesús es el Señor y el centro de nuestra vida ¿Qué queremos decir con esto? ¿en que se traduce esto en nuestra vida cotidiana?. Si algo o alguien es el centro de nuestra vida ¿no tendría la máxima prioridad a la hora de armar nuestra agenda?

Ni siquiera hace falta que lo que nos robe el tiempo con Dios sean cosas triviales o sin importancia, como ver televisión, redes sociales o distracciones de ese tipo. Aún cuando lo que nos distrae sean cosas perfectamente válidas y necesarias, aún así, estamos asignando a esto, mayor prioridad que a nuestra relación con Dios.

Esto es algo bastante común, porque al funcionar de manera muy sutil, la persona no se da cuenta de que va sacando a Jesús del primer lugar en su vida y así se altera el saludable orden de prioridades en nuestra vida cristiana.

Quizás pase como en las comunicaciones telefónicas, Dios nos está llamando para hablar con nosotros, pero le da ocupado. Le da ocupado porque nosotros estamos tan ocupados que no podemos ni siquiera detenernos a escuchar su voz. Tenemos tantas cosas para hacer, incluso para El, que hasta pudiéramos tener problemas en parar un poco nuestro ritmo para pasar tiempo con El, recibiendo paz y dirección. Quizás también a nosotros, Dios nos diga Marta, Marta, te afanas en tantas cosas pero solo una es necesaria, María eligió la mejor parte la cual no le será quitada. (Lucas 10:38-42). Había mucho para hacer en la casa, pero María se sentó a escuchar a Jesús. ¡Ella sí que tenía las prioridades bien ubicadas!

Si piensas que te está faltando este tiempo a solas con Dios, si hablas de El y le sirves, pero no oyes su voz o Si estás tan ocupado que no te queda tiempo para aquel de quien tu dices que es el centro de tu vida, quizás sea hora de volver a evaluar nuestras prioridades para darle a Jesús el mas alto lugar.

Daniel Zangaro
CVCLAVOZ