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1 Corintios 7:26 La Biblia de las Américas

 

Sobre casarse o no casarse

25 En cuanto a las doncellas[q] no tengo mandamiento del Señor, pero doy mi opinión como el que habiendo recibido la misericordia del Señor es digno de confianza. 26 Creo, pues, que esto es bueno en vista de la presente[r] aflicción; es decir, que es bueno que el hombre se quede como está[s]. 27 ¿Estás unido[t] a mujer? No procures separarte[u]. ¿Estás libre de mujer? No busques mujer. 28 Pero si te casas, no has pecado; y si una doncella se casa, no ha pecado. Sin embargo, ellos[v] tendrán problemas en esta vida[w], y yo os los quiero evitar. 29 Mas esto digo, hermanos: el tiempo ha sido acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran; 30 y los que lloran, como si no lloraran; y los que se regocijan, como si no se regocijaran; y los que compran, como si no tuvieran nada; 31 y los que aprovechan el mundo, como si no lo aprovecharan plenamente; porque la apariencia de este mundo es pasajera. 32 Mas quiero que estéis libres de preocupación. El soltero se preocupa por las cosas del Señor, cómo puede agradar al Señor; 33 pero el casado se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer, 34 y sus intereses están divididos. Y la mujer que no está casada y la doncella se preocupan[x] por las cosas del Señor, para ser santas tanto en cuerpo como en espíritu; pero la casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido. 35 Y esto digo para vuestro propio beneficio; no para poneros restricción, sino para promover lo que es honesto y para asegurar vuestra constante devoción al Señor.

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

¿No puedes evitar hablar mal de alguien?

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

 

 

 

Un adolescente siempre llegaba tarde a sus clases, por lo que sus compañeros no podían evitar hablar mal de él; también, el profesor pensaba que era flojo y desobediente, por lo que envió una citación a su madre.

Inmediatamente ella llegó a la escuela, compartió con el profesor lo que enfrentaba su hijo; su esposo había abandonado el hogar, dejando a su esposa sola y con niños pequeños. Este joven siendo el hermano mayor asumió la responsabilidad de sostener su casa, estudiaba en el día y trabaja en la noche en una panadería.

Sin duda alguna, el maestro aprendió una lección; a veces juzgamos o condenamos antes de conocer la historia de otros; desde aquel momento fue más compresivo con el adolescente, y no permitía que los demás lo criticaran.

La mejor forma de hablar bien de ti, es no hablar mal de nadie

Lucas 6: 37 (DHH)No juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará.

Primeramente, cuando la Biblia menciona la palabra “juzgar”, hace referencia a cuando pensamos lo peor de los demás, cuando hablamos a otros de sus faltas, al comentar sin conocer la historia que enfrentan, cuando sólo observamos sus peores momentos y no su vida entera, o cuando juzgamos sin considerarnos a nosotros en las mismas circunstancias que ellos, ¿alguna vez juzgaste a alguien?

Con la vara que mides te volverán a medir

Según el comentario Bíblico Enduring Word, aprendemos que las enseñanzas de algunos rabinos en tiempos de Jesús indicaban que Dios tenía dos medidas que usaba para juzgar a las personas: Una de ellas era la medida de justicia y la otra de misericordia; y debías elegir aquella medida con la que desearías que el Señor utilice contigo.

Lucas 6: 38 (DHH)Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta; de la misma manera, con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes.

Dios nos medirá de acuerdo a la misma medida que usamos para otros; por tanto, no te apresures en hablar mal de alguien o criticar, sino, que la Palabra de Dios te motive a dar amor, perdón y bondad en abundancia; porque de la misma manera recibiremos del Señor. Si te equivocaste en juzgar, te animo a pedir perdón a tu padre del cielo y a que te decidas a cambiar.

Shirley Chambi

CVCLAVOZ

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

Renuevo » Reflexiones » Protección

 

 

Al observar una película documental sobre la vida de los tiburones, un buzo descendía a las profundidades del mar, protegido por una jaula de barrotes de acero.

Después de arrojar un cebo especial a las aguas, toda la zona se llenó de voraces tiburones que comenzaron a atacarlo.

Las escenas que siguieron evidenciaron la crueldad y fuerza de los escualos. Con gran violencia intentaban cercenar el cuerpo del hombre rana, y en su furia mordían los barrotes, perdiendo dientes en el intento. Entre el buzo y la muerte sólo estaban los barrotes de la jaula.

El Señor me mostró con claridad que debemos estar siempre revestidos de la armadura divina. Así nos ataca el enemigo: con furia y fuerza. Si nos cubrimos con la armadura de Cristo, se romperá los dientes sin conseguir tocarnos.

Salmos 3:3

Mas tú, Dios, eres escudo alrededor de mí: Mi gloria, y el que ensalza mi cabeza.

Salmos 18:2

Roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré; Escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio.

Salmos 91:4

Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro: Escudo y adarga es su verdad.